El Dios Pakal se presenta ante nosotros para mostrarnos su universo maya regido por un sistema astronómico complejo y sus deidades, con un arte avanzado a su tiempo y una visión del mundo que apenas entendemos.
Después de disfrutar la ceremonia del cacao, nos adentramos a un mundo que nos lleva a abrir nuestros sentidos a la percepción, sensibilizando nuestro paladar a los sabores del maíz y sus platillos.